Espejo, Cap. 16

Espejo, Cap. 16

En Aaa...

Marshall seguía mirando la puerta de la casa del árbol, esperando a que Cake apareciera. Ya llevaba esperando casi una hora y media. Cuando Fionna se había desmayado, al principio se había pensado que era una broma. ¿Ella, perdiendo el conocimiento del miedo? Era imposible. Si Fionna nunca le había tenido miedo, ¿porque iba ahora? Pero al ver que no se despertaba, había esperado a que la lluvia parara un poco para llevarla de vuelta a casa. Estaba empapada y sucia, con la camiseta un poco rota por las mangas, como si la hubiesen arañado. Suponía que el gorro se lo quitó o se cayó por la lluvia... Sin gorro se la veía menos infantil. Tenía un pelo tan bonito... ¿Por que lo escondía tras un estúpido gorro? Marshall suspiró. Al llegar a casa, pensaba que Cake le empezaría a acusar de que le había hecho algo a Fi, y que lo amenazaría si no la soltaba; pero al llegar al hogar de Fionna, Cake no estaba. Era muy raro que hubiese salido con lluvia. No le podía preguntar nada a BMO porque estaba... O apagado o durmiendo o sin batería. Había tumbado a la heroína en su cama y se había quedado en el piso de abajo esperando por Cake, o a que Fionna se despertara. No había pasado ni una cosa ni la otra. A lo mejor Cake estaba en casa de su novio y había dejado a Fi sola; y Fionna aburrida había decidido ir a su casa a buscarlo. Tenía sentido. Pero seguía sin saber porque la aventurera se había desmayado. Marshall subió a la habitación de Fionna otra vez para ver si se había despertado, pero se encontró con el mismo panorama que había visto la última vez que había subido, hacía diez minutos. Esta vez, no se quedó solo en la puerta, entró en la habitación y se acercó a la heroína de Aaa. Parecía un ángel. Aún a pesar de tener el rostro sucio de barro, se podía ver la tranquilidad y la paz de un sueño tranquilo. Marshall le apartó con suavidad un mechón de pelo rubio que le cubría un ojo. El gesto continuó con una pequeña caricia por el contorno de la cara de la chica. Marshall estaba sumido en sus pensamientos cuando sonó algo en la mochila de Fionna. Fue como si se despertara de un sueño. Voló hasta la mochila y buscó el objeto que estaba sonando. Era su teléfono; Cake la estaba llamando. Marshall descolgó.
-¡Cielo! ¿Dónde estas? -El tono de preocupación de Cake fue lo primero que se oyó.-
-Ummm... Cake, no soy Fi. Soy Marshall Lee. -Marshall consideró necesario aclarar primero quien había cogido el teléfono.-
-Marshall! Tú!! ¡¡¿¿Qué le has hecho a mi hermana??!! -Ahora Cake estaba enfadada. No importaba que Fionna se hubiera escapado mientras estuviera a salvo.-
-Nada... -Dijo Marshall.- Por cierto Cake, ¿dónde estás?
-Nah, no te lo pienso decir. -Contestó Cake bruscamente.- ¿Y Fionna?
-En la casa del árbol. -Apenas había acabado la frase que Cake colgó.-
En menos de diez minutos, Cake entraba por la puerta. Se abalanzó contra el vampiro y le amenazó con arrancarle los ojos si le había hecho algo a su hermana. Marshall la apartó y le dijo que Fionna estaba en su habitación, durmiendo. Cake fue a comprobarlo y volvió abajo.
-¿Qué le ha pasado? -Preguntó Cake.-
-Lo mismo me pregunto yo. -Respondió Marshall. Los dos se hablaban con hostilidad.-
-¿Cómo la has encontrado?
-Vino a mi cueva y salí para saludarla. Cuando Fi me vio empezó a balbucear que era un vampiro y se desmayó. Es todo lo que sé, y mas te vale explicarme que sabes más. -Cake suspiró, no valía la pena continuar con esa hostilidad. Marshall estaba preocupado por ella. No le iba a hacer daño. Al fin y al cabo era uno de los mejores amigos de su hermana. Más relajada le explicó lo que le pasaba a Fionna desde hacía menos de dos días.- Quizás no me ha reconocido... -Concluyó Marshall. Y Cake le dio la razón.-
-Lo mejor será que te vayas, yo ya le explicaré todo. No quiero que se vuelva a desmayar en cuanto se despierte.
Marshall se despidió de Cake y de Fionna, aunque no lo podía oír, y se fue a su casa.
Cuando Fionna se despertó, se encontraba mucho mejor. No había rastro de la fatiga y el cansancio que la habían atormentado el día anterior. Percibió un dulce aroma en la habitación y se dio cuenta que aún tenia hambre. Cuando bajó a desayunar, y vio que la que preparaba el desayuno era Cake, estuvo tentada de salir poco a poco sin que se diera cuenta. No quería que su propia gata se enfadara con ella.
-¡Oh! ¡Ya te has despertado! -Dijo Cake sonriendo. Parecía que no estaba enfadada.- Ven a desayunar, te estarás muriendo de hambre.
A Fionna no se lo tuvieron que repetir dos veces. Esas tortitas parecían deliciosas. Entonces, reparó en que lo último que había visto antes de dormirse fue a un vampiro. No tenía ni idea de porque seguía teniendo sangre en las venas, ni de porque se había despertado en la que ahí debía ser su cama.
-Oye Cake... ¿Cómo he llegado a casa otra vez?
-¡¿Te refieres a después de escaparte?! -Cake gritó. Al parecer sí que estaba enfadada. Y mucho.-
-¿Quién era el vampiro? -Fionna decidió cambiar de tema. -
-No hay tiempo para explicaciones, -Dijo Cake mientras llenaba de sirope de caramelo las tortitas de Fionna.- Tienes que desayunar bien para lo que te espera hoy. -Al oír eso Fionna preguntó con miedo.-
-¿Qué... qué me espera hoy? -Cake rió un poco y, con algo parecido a una sonrisa malvada dijo muy lentamente.-
-El peor entrenamiento de tu vida.