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Espejo, Cap. 53
En la Tierra…
Fionna se despertó sintiéndose mucho mejor que la noche anterior. Se había despejado y ya no se sentía culpable, pensó que era culpa de Kenneth por no darse cuenta que una relación era cosa de dos. Eso sí, ahora tenía ganas de pegarle una paliza a alguien. Se desperezó y se frotó los ojos. Acarició el suave pelo de Cake y miró el reloj. Eran las once de la mañana, pero, ¿no era lunes? Se quiso levantar de un salto, pero se enredó con las sábanas y arrastró a Cake al suelo con ella. Se disculpó y salió escopeteada hacia su habitación. Se vistió con la ropa tirada en el suelo que se puso el sábado y cogió la mochila. Saltando los escalones de dos en dos bajó hacia la cocina y se encontró a Cake esperando su desayuno. Le abrió una bolsa de galletitas para gatos y se la tiró. La gata las olió, las lamió y las miró con asco y la nariz arrugada. Fionna se cogió unas galletas para el camino y vio que Cake exigía con la mirada un desayuno de verdad, algo así como espaguetis o pizza. La humana se encogió de hombros y salió corriendo. La gata la siguió para despedirse y la vio mirando extrañada el suelo del exterior. Había una mancha negra de cenizas. Cake tragó saliva. Fionna miró hacia atrás y le preguntó con la mirada. Su respuesta fue empezar a caminar hacia el jardín, y la chica la siguió hasta que la gata saltó detrás de unos arbustos. Saltó de vuelta a los cinco segundos con una cosa en la boca. Fionna se agachó, extrañada, y le acarició la cabeza. Cogió lo que le había traído. Era un trozo de tela rojo con estampado de cuadros que estaba un poco quemado de una punta. Miró a Cake a los ojos y entendió que lo había salvado de un fuego. Fionna tragó saliva, a pesar que tenía la garganta seca. ¿Cómo demonios iba a explicarle a Marshall que su ropa había sido quemada? Abrazó a Cake, le dio las gracias por rescatar el trozo de tela y se lo metió en el bolsillo del tejano antes de ir al coche. Arrancó con una galleta en la boca, y a los dos minutos sonó su teléfono. Lo descolgó mientras aún se estaba comiendo otra galleta.
-¿Ho’a?
-Fi, ¿dónde estás? –preguntó Penny, con voz preocupada.-
-Condu’endo. –respondió ella. Tragó la galleta y continuó.- No he oído el despertador.
-Pues ya te vale, me habías asustado. –Fionna sonrió al oírla.- ¿Crees qué podrás llegar antes de que acabe el patio?
-Lo intentaré. –Contestó, pisando el acelerador.-
Llegó al instituto diez minutos antes de lo que hubiese tardado normalmente. Había recibido muchos insultos por adelantar tan temerariamente, pero a Fionna le había sentado bien la velocidad para descargar un poco de su rabia. Bajó del coche y fue a buscar a su amiga, que la esperaba ahí. Penny lo primero que dijo en cuanto la vio, fue:
-Puff… ¡Qué cara que llevas! Ven, vamos a maquillarte un poco.
Cruzaron el desierto pasillo y entraron en el lavabo de chicas. Fionna se sentó en la pica, de espaldas al espejo, y cerró los ojos dejando a regañadientes que su amiga la maquillara. Penny empezó a ponerle la base.
-No me puedo creer que me olvidara de comentarte nada sobre maquillaje, pero como siempre luces muy bien tu aspecto natural… ¿Qué te ha pasado este fin de semana para llegar al instituto con estas ojeras? –Fionna suspiró y los ojos se le empezaron a humedecer. Se le hizo un nudo en la garganta y dirigió su mirada al suelo. Penny se dio cuenta de su estado de ánimo y la abrazó.- Oh, Fionna. No llores, por favor… Si necesitas mi ayuda en lo que sea solo… -La nombrada respiró hondo y pestañeó varias veces mirando al techo para deshacerse de las lágrimas.-
-No te preocupes. Es solo que… -en realidad no tenía demasiadas ganas de contárselo, pero notaba la curiosidad en sus ojos y, además, se lo debía por esconderle las clases de Marshall- …he cortado con Kenneth.
Se notó el golpe de sorpresa que la noticia le había provocado a Penny. Con lo feliz que había parecido cuando anunció que había empezado a salir con él. En principio iba a decir que lo sentía, pero había sido Fionna quién había cortado, así que algo había hecho el pirómano.
-¿Qué te hizo, intentó quemar algo tuyo? –preguntó suavemente, sin saber que decir para saciar su curiosidad y no ser demasiado brusca.-
-Intentó llegar al nivel 15 conmigo, aunque yo le dije que no. –dijo mirando al suelo.- E insinuó que lo engañaba y no me creyó cuando intenté desmentirlo. –La tristeza que había reflejado al principio se empezó a transformar en rabia.- ¡Debería haberle pegado una paliza cuando tuve la oportunidad! –exclamó. Penny le acarició el brazo para tranquilizarla.-
-Hiciste bien en dejarle. Ese tío es un cretino. Ahora relájate. –Fionna inspiró hondo y asintió.- ¿Mejor? –Asintió de nuevo.- Bien, ahora voy a continuar con el maquillaje. No puedo permitir que descargues tu rabia con esas ojeras, ¿qué pasaría si alguien te hiciera una foto?–Dijo Penny, exagerando cómicamente el comentario. Fionna se rió y cerró los ojos con una pequeña sonrisa.-
Su amiga se alegró de haber podido cambiar de tema. Acabó con la base, le aplicó un corrector anti-ojeras y le puso un suave colorete. Cogió su lápiz de ojos negro y le hizo la línea de ojos solo por arriba. Le aplicó un poco de sombra oscura en el párpado para profundizar sus ojos. Fionna movía el pie compulsivamente, no le gustaba estarse quieta. Penny ignoró lo molesto que resultaba eso para maquillar y cogió un poco de brillo de labios. Le dijo que entreabriera la boca y ella hizo así, aunque se apartó en cuanto notó el frío contacto del brillo. Penny se rió y le dijo que no le estaba haciendo nada raro. Fionna suspiró, y preguntó si podía abrir ya los ojos. Su amiga asintió y ella así lo hizo. Pudo acabar de aplicarle el brillo y cogió lo único que le faltaba: el rímel. Al final, de tanto que cerraba los ojos y se apartaba porque le hacía cosquillas, desistió. De todas formas, ya estaba suficientemente bien.
-¡Listo! –Anunció, cerrando su estuche de maquillaje.-
Fionna sonrió y se giró. Se quedó asombrada al verse. El colorete resaltaba sus pómulos, y el azul de sus ojos parecía más intenso en contraste con la negrura de la línea de ojos. Al ponerle solo brillo, el verdadero color de sus labios había permanecido y solo le había añadido volumen. Fionna se quedó examinándose un rato, y pensó que a la Cake que hablaba le hubiese encantado verla así. La gata no lo sabía, pero Fionna había descubierto en su cuarto de baño un pequeño estuche de maquillaje que seguro que se moría de ganas de estrenar.
-Bueno, ¿qué te parece? –Preguntó Penny.-
-¿No estoy demasiado arreglada para el instituto? –respondió ella, mirando su reflejo.-
-Tampoco estás tan… -Dijo antes de que sonara el timbre.-
Salieron las dos del lavabo, y con las prisas, Fionna se dejó ahí su mochila. Cruzaron el pasillo con paso firme y al llegar a su clase, la chica se dio cuenta de su olvido. Penny le dijo que no tardara mucho y se fue a su sitio. Fionna salió corriendo por el pasillo y entró en el baño femenino, pero no vio su mochila. Miró por los lavabos, ahí tampoco estaba. Se había dejado de oír el rápido sonido de pasos yendo hacia sus respectivas clases. Fionna suspiró, se giró y la vio debajo de las picas. Se preguntó quién habría sido la graciosa que la hubiese puesto ahí, pero no le dio demasiada importancia. Se dio cuenta del silencio y se acordó que llegaba tarde a clase. Corrió hacia la salida y se chocó con alguien justo al cruzar la puerta.
-Perdón… ¿Fionna? –Ella reconoció esa voz. Miró a Marshall a los ojos con una gran sonrisa en el rostro.- Wow… estás preciosa. –En el punto en que se le escapó eso, el chico deseó que no lo hubiera dicho. Y Fionna deseó que el maquillaje ocultara lo sonrojada que se había puesto.- Te has maquillado, ¿verdad? –Preguntó, mirando cualquier parte menos ella.-
-Sí… ¿qué te parece? –Dijo ella, aunque el comentario lo había dejado bastante claro.-
-Te queda muy bien pero… no lo necesitas. –Respondió él con sinceridad. Hubo un pequeño silencio cómodo antes de que se acordaran que tenían que ir a clase.- Bueno, yo llego tarde…
-Ya, yo también… Nos vemos el miércoles. –Dijo con una pequeña sonrisa. Él sonrió de vuelta.-
-Hasta el miércoles.
Se cruzaron y al dar un par de pasos, Fionna se acordó del cacho de tela que tenía en su bolsillo. Corrió hacia él, le puso el trozo en la mano y con expresión derrotada, dijo:
-Lo siento. Te lo explico el miércoles.
Y se fue corriendo. Marshall miró hacia su mano, y reconoció su camisa favorita. Levantó la mirada, queriendo pedirle explicaciones, pero ya había desaparecido del pasillo. Examinó un poco más atentamente la tela, y vio que estaba quemada. Pero, ¿por qué? Supuso que tendría que esperar hasta el miércoles para saberlo.
Sonó el timbre más esperado por los alumnos un lunes. Fionna y “sus chicas” cruzaban el pasillo, pero la capitana no se sentía con ganas de llamar la atención, así que les dijo que ella se había dejado una cosa en clase para que se fueran sin ella. Fue un poco contracorriente para que se lo creyeran, y por el camino se encontró a uno de los del equipo de futbol americano metiendo a un pobre chico en su taquilla. Fionna se sintió obligada a defender al pobre chico. Le tocó suavemente el hombro al jugador, y cuando este se giró, ella le pegó un puñetazo en la cara.
-¿Tú crees que es normal hacer esto? –Exclamó mientras el jugador se frotaba la mandíbula. Miró al chico que temblaba dentro de la taquilla y sonrió.- Eres libre. –El pobre solo abrió los ojos y saltó fuera de la taquilla. Cuando Fionna vio que se había ido, volvió a mirar al abusón.-
-¿Pero qué te pasa? Solo me estaba divirtiendo… -Fionna dio un par de pasos hacia él.-
-¿Divirtiendo? ¿Es que te parece divertido? –Preguntó.-
-Pues… sí. –Contestó el jugador acercándose a ella. Le puso un mechón detrás de la oreja con toda la confianza del mundo y le dijo.- Escúchame, monada, no peleo con chicas.
-Oh, que caballeroso. –Dijo ella irónicamente antes de darle una patada voladora que lo empotró directamente contra las taquillas.- Menos mal que yo sí peleo con chicos.
Dicho esto, dejó al chico quejándose del dolor y se fue al coche con más ganas de pelea. Condujo hasta su casa y fue directa al gimnasio, para descargarlo todo contra el saco de boxeo. Cake se la quedó mirando asustada hasta que reventó el saco y decidió que sería mejor irse.
El día siguiente Fionna se despertó a tiempo y llegó al instituto a su hora. Las clases pasaron lentas, y cuando se dirigía al comedor y reía por un comentario de Penny, oyó que una voz alarmada la llamaba. Le dijo a su amiga que fuera tirando, y se giró para ver quién era. Una chica con pelo rojizo esquivó a todo el mundo hasta llegar a ella.
-¡Flamma! ¿Pasa algo? –Preguntó al ver sus ojos preocupados hasta llegar a las lágrimas.-
-Kenneth no ha vuelto a casa. Lleva dos días desaparecido. –Dijo ella.-
-Pero es tu primo, ¿cómo sabes que…? –La calma de Fionna contrastaba con la agitación de Flamma.-
-Vive con nosotros. Se escapó de casa porque no se lleva bien con mi tía. –Fionna supo entonces el por qué nunca habían quedado en su casa.- Sí que ha pasado antes días fuera de casa, pero siempre dejaba una nota o llamaba.
-¿Por qué no se lo dices a la policía? –Preguntó.-
-No puedo… -Contestó Flamma. Vio que la rubia iba a preguntar por qué y la interrumpió.- He intentado llamarlo, pero no me coge el teléfono…
-Vaya, lo siento. –Dijo, intentando que no se notara que mentía. Quiso irse pero la pelirroja la paró cogiéndole de la mano.-
-Quizás a ti si te lo coge. –Más que un comentario, era una súplica. A Fionna le dolía tener que negarse, pero no quería volver a saber de él.-
-Lo siento, creo que no me lo va a coger.
-Pero eres su novia… -Fionna se deshizo de la mano de Flamma.-
-Ya no. –La pelirroja se veía confusa.-
-¿Tú no…? -Murmuró. La rubia negó con la cabeza.-
-Ya ves, no creo que me coja el teléfono. Mira, espero que Kenneth vuelva a casa sano y salvo, y podemos seguir siendo amigas, pero ya no tengo nada que ver con él. –Se encogió de hombros y empezó a cruzar el pasillo.-
-¡Espera! ¡Fionna! –Gritó Flamma. La rubia se giró, negó con la cabeza y continuó su camino intentando que no le afectara. La pelirroja se quedó sin saber qué hacer y se dirigió al comedor también con la cabeza baja.-
En la Tierra…
Fionna se despertó sintiéndose mucho mejor que la noche anterior. Se había despejado y ya no se sentía culpable, pensó que era culpa de Kenneth por no darse cuenta que una relación era cosa de dos. Eso sí, ahora tenía ganas de pegarle una paliza a alguien. Se desperezó y se frotó los ojos. Acarició el suave pelo de Cake y miró el reloj. Eran las once de la mañana, pero, ¿no era lunes? Se quiso levantar de un salto, pero se enredó con las sábanas y arrastró a Cake al suelo con ella. Se disculpó y salió escopeteada hacia su habitación. Se vistió con la ropa tirada en el suelo que se puso el sábado y cogió la mochila. Saltando los escalones de dos en dos bajó hacia la cocina y se encontró a Cake esperando su desayuno. Le abrió una bolsa de galletitas para gatos y se la tiró. La gata las olió, las lamió y las miró con asco y la nariz arrugada. Fionna se cogió unas galletas para el camino y vio que Cake exigía con la mirada un desayuno de verdad, algo así como espaguetis o pizza. La humana se encogió de hombros y salió corriendo. La gata la siguió para despedirse y la vio mirando extrañada el suelo del exterior. Había una mancha negra de cenizas. Cake tragó saliva. Fionna miró hacia atrás y le preguntó con la mirada. Su respuesta fue empezar a caminar hacia el jardín, y la chica la siguió hasta que la gata saltó detrás de unos arbustos. Saltó de vuelta a los cinco segundos con una cosa en la boca. Fionna se agachó, extrañada, y le acarició la cabeza. Cogió lo que le había traído. Era un trozo de tela rojo con estampado de cuadros que estaba un poco quemado de una punta. Miró a Cake a los ojos y entendió que lo había salvado de un fuego. Fionna tragó saliva, a pesar que tenía la garganta seca. ¿Cómo demonios iba a explicarle a Marshall que su ropa había sido quemada? Abrazó a Cake, le dio las gracias por rescatar el trozo de tela y se lo metió en el bolsillo del tejano antes de ir al coche. Arrancó con una galleta en la boca, y a los dos minutos sonó su teléfono. Lo descolgó mientras aún se estaba comiendo otra galleta.
-¿Ho’a?
-Fi, ¿dónde estás? –preguntó Penny, con voz preocupada.-
-Condu’endo. –respondió ella. Tragó la galleta y continuó.- No he oído el despertador.
-Pues ya te vale, me habías asustado. –Fionna sonrió al oírla.- ¿Crees qué podrás llegar antes de que acabe el patio?
-Lo intentaré. –Contestó, pisando el acelerador.-
Llegó al instituto diez minutos antes de lo que hubiese tardado normalmente. Había recibido muchos insultos por adelantar tan temerariamente, pero a Fionna le había sentado bien la velocidad para descargar un poco de su rabia. Bajó del coche y fue a buscar a su amiga, que la esperaba ahí. Penny lo primero que dijo en cuanto la vio, fue:
-Puff… ¡Qué cara que llevas! Ven, vamos a maquillarte un poco.
Cruzaron el desierto pasillo y entraron en el lavabo de chicas. Fionna se sentó en la pica, de espaldas al espejo, y cerró los ojos dejando a regañadientes que su amiga la maquillara. Penny empezó a ponerle la base.
-No me puedo creer que me olvidara de comentarte nada sobre maquillaje, pero como siempre luces muy bien tu aspecto natural… ¿Qué te ha pasado este fin de semana para llegar al instituto con estas ojeras? –Fionna suspiró y los ojos se le empezaron a humedecer. Se le hizo un nudo en la garganta y dirigió su mirada al suelo. Penny se dio cuenta de su estado de ánimo y la abrazó.- Oh, Fionna. No llores, por favor… Si necesitas mi ayuda en lo que sea solo… -La nombrada respiró hondo y pestañeó varias veces mirando al techo para deshacerse de las lágrimas.-
-No te preocupes. Es solo que… -en realidad no tenía demasiadas ganas de contárselo, pero notaba la curiosidad en sus ojos y, además, se lo debía por esconderle las clases de Marshall- …he cortado con Kenneth.
Se notó el golpe de sorpresa que la noticia le había provocado a Penny. Con lo feliz que había parecido cuando anunció que había empezado a salir con él. En principio iba a decir que lo sentía, pero había sido Fionna quién había cortado, así que algo había hecho el pirómano.
-¿Qué te hizo, intentó quemar algo tuyo? –preguntó suavemente, sin saber que decir para saciar su curiosidad y no ser demasiado brusca.-
-Intentó llegar al nivel 15 conmigo, aunque yo le dije que no. –dijo mirando al suelo.- E insinuó que lo engañaba y no me creyó cuando intenté desmentirlo. –La tristeza que había reflejado al principio se empezó a transformar en rabia.- ¡Debería haberle pegado una paliza cuando tuve la oportunidad! –exclamó. Penny le acarició el brazo para tranquilizarla.-
-Hiciste bien en dejarle. Ese tío es un cretino. Ahora relájate. –Fionna inspiró hondo y asintió.- ¿Mejor? –Asintió de nuevo.- Bien, ahora voy a continuar con el maquillaje. No puedo permitir que descargues tu rabia con esas ojeras, ¿qué pasaría si alguien te hiciera una foto?–Dijo Penny, exagerando cómicamente el comentario. Fionna se rió y cerró los ojos con una pequeña sonrisa.-
Su amiga se alegró de haber podido cambiar de tema. Acabó con la base, le aplicó un corrector anti-ojeras y le puso un suave colorete. Cogió su lápiz de ojos negro y le hizo la línea de ojos solo por arriba. Le aplicó un poco de sombra oscura en el párpado para profundizar sus ojos. Fionna movía el pie compulsivamente, no le gustaba estarse quieta. Penny ignoró lo molesto que resultaba eso para maquillar y cogió un poco de brillo de labios. Le dijo que entreabriera la boca y ella hizo así, aunque se apartó en cuanto notó el frío contacto del brillo. Penny se rió y le dijo que no le estaba haciendo nada raro. Fionna suspiró, y preguntó si podía abrir ya los ojos. Su amiga asintió y ella así lo hizo. Pudo acabar de aplicarle el brillo y cogió lo único que le faltaba: el rímel. Al final, de tanto que cerraba los ojos y se apartaba porque le hacía cosquillas, desistió. De todas formas, ya estaba suficientemente bien.
-¡Listo! –Anunció, cerrando su estuche de maquillaje.-
Fionna sonrió y se giró. Se quedó asombrada al verse. El colorete resaltaba sus pómulos, y el azul de sus ojos parecía más intenso en contraste con la negrura de la línea de ojos. Al ponerle solo brillo, el verdadero color de sus labios había permanecido y solo le había añadido volumen. Fionna se quedó examinándose un rato, y pensó que a la Cake que hablaba le hubiese encantado verla así. La gata no lo sabía, pero Fionna había descubierto en su cuarto de baño un pequeño estuche de maquillaje que seguro que se moría de ganas de estrenar.
-Bueno, ¿qué te parece? –Preguntó Penny.-
-¿No estoy demasiado arreglada para el instituto? –respondió ella, mirando su reflejo.-
-Tampoco estás tan… -Dijo antes de que sonara el timbre.-
Salieron las dos del lavabo, y con las prisas, Fionna se dejó ahí su mochila. Cruzaron el pasillo con paso firme y al llegar a su clase, la chica se dio cuenta de su olvido. Penny le dijo que no tardara mucho y se fue a su sitio. Fionna salió corriendo por el pasillo y entró en el baño femenino, pero no vio su mochila. Miró por los lavabos, ahí tampoco estaba. Se había dejado de oír el rápido sonido de pasos yendo hacia sus respectivas clases. Fionna suspiró, se giró y la vio debajo de las picas. Se preguntó quién habría sido la graciosa que la hubiese puesto ahí, pero no le dio demasiada importancia. Se dio cuenta del silencio y se acordó que llegaba tarde a clase. Corrió hacia la salida y se chocó con alguien justo al cruzar la puerta.
-Perdón… ¿Fionna? –Ella reconoció esa voz. Miró a Marshall a los ojos con una gran sonrisa en el rostro.- Wow… estás preciosa. –En el punto en que se le escapó eso, el chico deseó que no lo hubiera dicho. Y Fionna deseó que el maquillaje ocultara lo sonrojada que se había puesto.- Te has maquillado, ¿verdad? –Preguntó, mirando cualquier parte menos ella.-
-Sí… ¿qué te parece? –Dijo ella, aunque el comentario lo había dejado bastante claro.-
-Te queda muy bien pero… no lo necesitas. –Respondió él con sinceridad. Hubo un pequeño silencio cómodo antes de que se acordaran que tenían que ir a clase.- Bueno, yo llego tarde…
-Ya, yo también… Nos vemos el miércoles. –Dijo con una pequeña sonrisa. Él sonrió de vuelta.-
-Hasta el miércoles.
Se cruzaron y al dar un par de pasos, Fionna se acordó del cacho de tela que tenía en su bolsillo. Corrió hacia él, le puso el trozo en la mano y con expresión derrotada, dijo:
-Lo siento. Te lo explico el miércoles.
Y se fue corriendo. Marshall miró hacia su mano, y reconoció su camisa favorita. Levantó la mirada, queriendo pedirle explicaciones, pero ya había desaparecido del pasillo. Examinó un poco más atentamente la tela, y vio que estaba quemada. Pero, ¿por qué? Supuso que tendría que esperar hasta el miércoles para saberlo.
Sonó el timbre más esperado por los alumnos un lunes. Fionna y “sus chicas” cruzaban el pasillo, pero la capitana no se sentía con ganas de llamar la atención, así que les dijo que ella se había dejado una cosa en clase para que se fueran sin ella. Fue un poco contracorriente para que se lo creyeran, y por el camino se encontró a uno de los del equipo de futbol americano metiendo a un pobre chico en su taquilla. Fionna se sintió obligada a defender al pobre chico. Le tocó suavemente el hombro al jugador, y cuando este se giró, ella le pegó un puñetazo en la cara.
-¿Tú crees que es normal hacer esto? –Exclamó mientras el jugador se frotaba la mandíbula. Miró al chico que temblaba dentro de la taquilla y sonrió.- Eres libre. –El pobre solo abrió los ojos y saltó fuera de la taquilla. Cuando Fionna vio que se había ido, volvió a mirar al abusón.-
-¿Pero qué te pasa? Solo me estaba divirtiendo… -Fionna dio un par de pasos hacia él.-
-¿Divirtiendo? ¿Es que te parece divertido? –Preguntó.-
-Pues… sí. –Contestó el jugador acercándose a ella. Le puso un mechón detrás de la oreja con toda la confianza del mundo y le dijo.- Escúchame, monada, no peleo con chicas.
-Oh, que caballeroso. –Dijo ella irónicamente antes de darle una patada voladora que lo empotró directamente contra las taquillas.- Menos mal que yo sí peleo con chicos.
Dicho esto, dejó al chico quejándose del dolor y se fue al coche con más ganas de pelea. Condujo hasta su casa y fue directa al gimnasio, para descargarlo todo contra el saco de boxeo. Cake se la quedó mirando asustada hasta que reventó el saco y decidió que sería mejor irse.
El día siguiente Fionna se despertó a tiempo y llegó al instituto a su hora. Las clases pasaron lentas, y cuando se dirigía al comedor y reía por un comentario de Penny, oyó que una voz alarmada la llamaba. Le dijo a su amiga que fuera tirando, y se giró para ver quién era. Una chica con pelo rojizo esquivó a todo el mundo hasta llegar a ella.
-¡Flamma! ¿Pasa algo? –Preguntó al ver sus ojos preocupados hasta llegar a las lágrimas.-
-Kenneth no ha vuelto a casa. Lleva dos días desaparecido. –Dijo ella.-
-Pero es tu primo, ¿cómo sabes que…? –La calma de Fionna contrastaba con la agitación de Flamma.-
-Vive con nosotros. Se escapó de casa porque no se lleva bien con mi tía. –Fionna supo entonces el por qué nunca habían quedado en su casa.- Sí que ha pasado antes días fuera de casa, pero siempre dejaba una nota o llamaba.
-¿Por qué no se lo dices a la policía? –Preguntó.-
-No puedo… -Contestó Flamma. Vio que la rubia iba a preguntar por qué y la interrumpió.- He intentado llamarlo, pero no me coge el teléfono…
-Vaya, lo siento. –Dijo, intentando que no se notara que mentía. Quiso irse pero la pelirroja la paró cogiéndole de la mano.-
-Quizás a ti si te lo coge. –Más que un comentario, era una súplica. A Fionna le dolía tener que negarse, pero no quería volver a saber de él.-
-Lo siento, creo que no me lo va a coger.
-Pero eres su novia… -Fionna se deshizo de la mano de Flamma.-
-Ya no. –La pelirroja se veía confusa.-
-¿Tú no…? -Murmuró. La rubia negó con la cabeza.-
-Ya ves, no creo que me coja el teléfono. Mira, espero que Kenneth vuelva a casa sano y salvo, y podemos seguir siendo amigas, pero ya no tengo nada que ver con él. –Se encogió de hombros y empezó a cruzar el pasillo.-
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FioleeFinnceline: Fionna esta cansada de todo
FioleeFinnceline: Fionna está cansada de todo cap.1
Fionna termina como recluta para el FBI, junto a su hermano finn, marceline y marshall se especializaron en la música, se convirtieron en grandes estrellas conocidas internacionalmente, fionna y marshall seguían saliendo en sus momentos libres, al igual que marceline y finn.
Director: y corten!! Bueno mis actores y actrices favoritos vallan y descansen que ya me manda la siguiente historia Fiolee y finnceline *se va hasta donde esta fionna* fionna mi actriz favorita como estas
Fionna: cansada *bosteza* ja! Qué película más tonta es esta Universit
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FIOLEE- UN AMOR INESPERADO CAP. 17
Capitulo 17
POV Fionna
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C: pues que no ves hermanita esta discutiendo con el príncipe flama me pregunto si querrá que el regrese al reino de fuego
F: bueno pues no conozco muy bien a la reina flama pero yo digo que si, el otro dia que la vi estaba muy enfadada y decidida a hacer que el príncipe vuelva al reino de fuego
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FIOLEE- UN AMOR INESPERADO CAP. 14
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Hola!!
Bueno, no creo que haya demasiado que comentar en este capítulo... En realidad, Flamma no iba a salir, pero he pensado que por lo adorable que está en humana no encontraría otro momento para hacerla salir.
Vale, tengo que anunciar que la semana que viene... ME VOY A ITALIA!! WIII!! Y ahora os preguntaréis: ¿Y a mi que carajo me importa? Pues bueno, lo digo por que entonces es MUY MUY MUY MUY probable que no pueda colgar el capítulo hasta el domingo que viene...
Dos imágenes, un hecho: la guerra de comida! Aquí están en medio de la pelea [link] y aquí parece que ya están con la risa tonta que vino después [link] !! Muchísimas gracias y !!
Hablando de imágenes, muchísimas gracias por
[link] !! Me ha encantado tu imagen!
Hasta otra!!
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Bueno, no creo que haya demasiado que comentar en este capítulo... En realidad, Flamma no iba a salir, pero he pensado que por lo adorable que está en humana no encontraría otro momento para hacerla salir.
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Hasta otra!!
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Comments89
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Tu historia está genial ^^ me cuesta no darle favorito a todos los capítulos >w<