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Espejo, Cap. 84

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blackandwhitesisters's avatar
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Espejo, cap. 84

En Aaa…


-¡Fionna, me tenías tan preocupada! No puedo creer que ni siquiera me avisaras… ¡Sabes lo mucho que me preocupo! ¡No vuelves a salir de casa hasta este domingo! ¡Creía que te había pasado algo por culpa de esta sanguijuela! ¡Menos mal que te ha traído a salvo! ¡Ni se te ocurra tocar otra vez a mi niña, maldito vampiro pervertido! ¡Oh, cielo, mañana vamos de aventuras para celebrar que estás bien!...
Cake continuó diciendo frases contradictorias mientras se enrollaba en la aventurera a modo de abrazo, casi sin dejarla respirar. La chica miró a Marshall en busca de ayuda para que no la estrangulara, pero él solo se encogió de hombros, divertido por la reacción de la gata. Empezó a alejarse lentamente, pretendiendo salir por la ventana, pero frenó en seco al oírla.
-¿Dónde te crees que vas, vampiro? –la felina dejó libre a Fionna, para dirigirse a él, con los brazos en jarras-. ¡¿A ti quién te manda ponerla en peligro?! ¡Cómo vuelvas a hacer algo así no me hago responsable del estado de tu cara cuando acabe contigo!
-¿Qué? –replicó, incrédulo-. Espera, si ni sabes que ha pasado, ¿qué te crees que he hecho?
-Está claro que has sido tú quien ha empezado; ¿desde cuándo no pones a Fionna en situaciones difíciles?
-¡Prácticamente le he salvado el trasero!
-¡Ha! Permíteme dudarlo –empezó Cake-. ¿Tú, salvando a alguien?
Esta vez era la humana quien se divertía por la situación, y el vampiro lo vio, así que pasó a la acusación principal.
-¡Fue ella solita que camino hacia la Nochesfera! –la gata la miró, preguntándole con la mirada si eso era cierto-.
-Yo no hubiera ido si no me hubieras retado –su compañera dirigió su mirada hacia el vampiro esta vez-.
-Yo no te reté, tan solo te dije que sería imposible que mi madre te devolviera lo que te había robado.
-Mira qué casualidad, si me lo devolvió –apuntilló, con una sonrisa-.
-Gracias a mí –corrigió el rey, con una sonrisa victoriosa-.  
-Esperad –interrumpió Cake-, ¿su madre te robó? ¿Qué te robó?
-Este colgante tan precioso –dijo la humana, cogiéndolo-.
Enseguida captó la atención de la gata, quien se acercó murmurando un “Oh, brilla” mientras lo miraba de cerca. Fionna desvió su mirada hacia una luz verde del suelo; era el reflejo de la esmeralda. Rio un poco por lo bajo y su compañera entonces también miró ese punto verde que se movía. Sin poder evitarlo, saltó a cogerlo. La rubia movió el collar, moviendo así la luz, y la gata la continuó cazando. Aprovechó que estaba distraída para susurrarle a Marshall que se fuera antes de que Cake volviera en sí.
-Hasta el miércoles, Fi –se despidió él, con una media sonrisa-.
-No creo que venga, no quiero que me castiguen para la eternidad. ¿Me aplazarías la clase? –preguntó-.
-En realidad no importa –la primera reacción del vampiro había sido de aceptarlo sin dudar, pero no quería ponérselo tan fácil-, no conseguirás aprender a tocar el bajo en el tiempo que te queda.
-Pero yo quiero intentarlo. Sabes que no me rindo fácilmente –contestó, con un brillo competitivo en sus ojos-. ¿Quedamos el sábado?
-En mi casa –dijo él, guiñándole un ojo antes de irse-.
Fionna se quedó mirando la ventana abierta con una sonrisa y un leve rubor en sus mejillas. Se dio cuenta entonces que se sentía observada y miró a la gata, quién tenía una expresión pilla en su rostro. Levantó las cejas repetidamente, y la humana apartó la mirada.
-Oh, cállate –dijo con la misma expresión de antes, aún a sabiendas de que no había comentado nada. Decidió cambiar de tema antes de que comentara cualquier cosa-. Volvamos al colgante, ¿te parece?
-Como tú quieras –contestó la gata, y volvió a mirar el collar-. Oh, Fi, ¿sabes cuándo podrías estrenarlo? –preguntó, después de que una bombilla se iluminara en su cabeza-.
-¡En el baile de Gumball! –dijeron al unísono-.
Las chicas rieron un poco y se fueron a la habitación a volver a esbozar vestidos hasta que se quedaron profundamente dormidas.

La rubia se despertó a mediodía gracias al delicioso olor de unas toritas en la sartén. Bajó a la cocina con un hambre terrible y se sentó en el sofá con una sonrisa. Cake volvió con las tortitas y vio que su amiga ya se había despertado. Repartió el desayuno-comida entre las dos y aún después repitieron. Al final fueron de aventuras, como la gata había sugerido la noche anterior, aunque la humana tenía ganas de descansar un poco más. Así que, después de ayudar a un par de seres en cosas vanas, y vieron pasar a la Reina Hielo por el cielo, con un bloque de hielo con algo rosa en el interior. No les hizo falta pensar mucho para darse cuenta que estaba pasando. Fionna agradeció que pudiera subir a la espalda de la gata y no tener que correr todo el camino hacia el castillo de hielo. Entraron poco después de Simone y vieron al Príncipe Gumball tiritando en la celda, pero ni rastro de la reina. Supusieron que habría ido a buscar algo con lo que intentar convencer a PG de que se casara con ella, y aprovecharon su ausencia. Pero cuando abrieron el candado con la mano-llave de Cake, una Gertruth empezó a dar la alarma. Enseguida se llenó la sala de pingüinos y apareció la Reina Hielo, enfuriada al ver que “su” príncipe intentaba fugarse con Fionna apenas unos minutos después de encerrarlo. Los tres se quedaron paralizados durante un instante, hasta que Gumball se colgó del cuello de la humana, causando que ella lo cogiera como a una princesa para no caer, y le gritó que corriera. La rubia reaccionó acatando la orden, y salir como alma que persigue el diablo, -aunque no la perseguía ningún demonio, lo hacía un ejército de pingüinos. Para sorpresa de la aventurera, no le costaba cargar con el chico rosa, pero eso no significaba que llevarlo no la ralentizara y entorpeciera. Cuando ya estaban en el exterior, en el camino de salida, la adolescente puso mal el pie y resbaló sobre el hielo, cayó de culo y continuó deslizándose con Gumball hasta que en una curva ella no pudo girar y los dos cayeron de un altibajo. Gracias a la nieve virgen, ninguno de los dos se hizo daño. La humana miró hacia atrás y vio que los pingüinos y la Reina Hielo se habían empezado a dividir para buscarlos, así que cogió al príncipe de chicle por la chaqueta y lo arrastró hasta una pequeña cueva cercana. Temblando de frío, la chica fulminó con la mirada a PG, quien se encogió de hombros.
-No me mires así; no sabía qué hacer y me ha entrado el pánico –se justificó, temblequeando-.
La chica no dijo nada hasta que no oyó que la secuestradora volvía a entrar en el castillo, llorando, y toda la horda de pingüinos la seguía. Esperó unos minutos antes de salir del agujero helado y empezó a caminar hacia la frontera seguida por el chico de caramelo, quien no paraba de pedir si podía llevarlo de nuevo, que se le empapaban los zapatos. Fionna lo ignoró y vio que Cake la esperaba ya en las praderas. Corrió hacia ella, descansada de no sentir la fría nieve, y la gata la envolvió como una manta para que no cogiera un resfriado. El príncipe llegó unos minutos después y decidieron llevarlo a Chuchelandia a lomos de la felina.

-Venga, Cake, deja que me quede –suplicó la humana -. Tú puedes estar con Monochromicorn; yo ayudaré a PG. Además, hace mucho que no que puedo hablar con él. Por favor…
La gata accedió con la condición de que no se escapara a ver a Marshall Lee y porque le apetecía mucho tener otra cita con su novio; así que se fue corriendo del castillo, contenta de volver a quedar con él. A Gumball no se le pasó por alto el hecho que no quería ayudarle a decidir el menú para el baile precisamente por que estuviera interesada en la cocina, sino para no tener que hacer más ejercicio físico durante el día. Aunque de todas formas le venía bien que alguien le diera su opinión en los dulces que había planeado servir. Así, Fionna se vistió con un delantal -como no, rosa- y ayudó al príncipe a preparar toda clase de pastelitos, galletas, cupcakes y dulces varios; catándolos después.
-Gumball, tú… ¿tú vas a llevar pareja al baile? –preguntó la chica, para empezar una conversación y cotillear un poco-.
-No; raras veces he invitado a alguien.
-¿En serio? –se sorprendió-. Pero si eres el anfitrión, ¿cómo no puedes llevar a alguien?
-No es obligatorio –fue su única contestación-. ¿Y tú?
-No creo… -suspiró-. Solo conozco a alguien con quien podría ir como pareja, y ni sé si me toma en serio. Podría ir contigo como amiga, pero eso sería bastante patético.
-¿Y por casualidad ese “alguien” no será un cierto rey de los vampiros?
-No tiene por qué -Intentó esquivar ella-.  
Y, hablando del demonio, Marshall Lee irrumpió en la sala, sabiendo que su amigo se encontraba ahí, pero sin contar con la presencia de la rubia.
-Oye, Bubba, al final esta noche no puedo quedar, ¿Qué te parece si dejamos la noche de tíos para el jueves?
El vampiro enmudeció al instante al oír la risa reprimida de la humana. Se miraron a los ojos por un par de segundos antes de que Fionna no pudiera evitar las carcajadas. El rey puso ojos de exasperación y prefirió acabar de quedar con su amigo que prestarle atención a la mirada burlesca de la mortal. El príncipe aceptó el cambio de planes con naturalidad.
-Oh, ¿quedaréis en su casa o en la tuya? –le preguntó ella al no-muerto, con una sonrisita jocosa-.
-¿En serio crees que te lo diré para que vengas a reírte de nosotros?
-¿Reírme de vosotros? ¿Yo? –dijo en tono sobreactuado y llevándose el revés de la mano a su frente-. Me ofende que pienses eso de mí. Solo quería unirme a vuestras “masculinas” maratones de telenovelas.
-Fionna, basta ya de la bromita. Además, se llama “Noche de tíos” por algo –respondió el vampiro-. Nada de chicas –al ver la mirada burlona que le dedicó la rubia, continuó-. Además, no solo miramos eso, también hacemos otras cosas…
-¿Cocináis pastelitos y habláis sobre chicos monos? –se mofó ella, consiguiendo que el inmortal la fulminara con ojos de demonio-.
-No, jugamos a videojuegos y… ¿A ti qué te importa? –preguntó, dándose cuenta que se estaba justificando-. Además, ¿no querías tú que tu gata no te castigara por verme? Te haré un favor; me largo.
Y así hizo, sin dejarle tiempo a la mortal a contestarle. Gumball negó con la cabeza.
-Así no lograrás que te invite al baile, Fionna. Marshall es muy orgulloso cuando se refiere a su masculinidad. No deberías seguir chanceándote de las noches de tíos, solo vas a conseguir enfadarle –le aconsejó-.
-No puedo evitarlo, es tan divertido… ¿Y quién ha dicho que quiera ir con él? –preguntó, molesta, sonrojándose inevitablemente-.
-El rubor de tus mejillas lo confirma –sonrió el príncipe-. Te gu-
-Cállate o te cocino –lo amenazó, apuntándole con una cuchara llena de glaseado-.
El príncipe levantó las manos, en señal de rendición, aún a sabiendas que había acertado. Entonces reparó en el contenido del cubierto y se le iluminó la mirada.
-¡Esto es lo que le faltaba! –exclamó, cogiendo la cuchara y poniendo el glaseado encima de las galletas recién hechas-. Toma, prueba. Dime qué tal.
Fionna se alivió de qué dejara el tema y continuó ayudando a Gumball durante toda la tarde, convenciéndose de que Marshall no era la clase de chico que iba a bailes. Prefería borrar cualquier atisbo de esperanza antes que sufrir la decepción de que no la invitara. Además, parecía que ahí no se burlaban de ti si ibas sola. Sí, sería mejor no hacerse ilusiones.
LO SIENTO MUCHÍSIMO, DE VERDAD!!
pero aquí está. Enterito. 

Ya lo sé, ha tardado una semana más de lo previsto, pero... al menos ya lo tengo
Estamos a finales de trimestre y ya empieza esa HORRIBLE semana llena de exámenes, así que... No creo que tenga el cap. 85 hasta dentro de dos semanas. Lo siento muchísimo, y espero que lo entendáis. No me gusta retrasar tanto los capítulos, pero es lo que hay. No llego a todo.

De todas formas, espero que el capítulo se haya hecho entretenido! Muchas gracias por leer!!

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nattylabebe's avatar
jajajajaja que risa con -¿Cocináis pastelitos y habláis sobre chicos monos? jeje y con marshall 
-No, jugamos a videojuegos y… ¿A ti qué te importa? –
jajaja mi mama me mira como si estuviera loca riéndome en frente de la compu jejeje Fella with LaptopFella BreakDance (Music Band)  mencanta como as escrito todo Neptune Wink Icon Pit Thumbs Up