literature

Espejo, cap. 59

Deviation Actions

blackandwhitesisters's avatar
Published:
5.4K Views

Literature Text

Espejo, cap. 59

En la Tierra…


Marshall apenas prestaba atención a la bronca que Ashley le estaba dando. Miraba al suelo, deseando que así su novia no notara que estaba perdido en sus pensamientos. Estaba demasiado preocupado por Fionna por como para que le inquietase otra de las rabietas de Ashley. Eran casi siempre iguales; hacía ver que se enfadaba, se hacía la víctima, y él después le compraba un regalo para compensar. Schawelle se le subió al regazo y el la acarició, sintiendo una punzada de dolor al recordar que fue Fionna quien la encontró y se la confió.
-¿Mar Mar, me estás escuchando? –Ashley arrastró al chico de nuevo a la tierra con su voz irritada-.
-¿Eh? Claro –respondió, distraído-.
-Entonces, ¿me respondes a la pregunta que te acababa de hacer? –Preguntó, de brazos cruzados-.
-Yo… -Marshall suspiró-. Lo siento, cielo, estoy un poco espeso…
-Claro, el “recado” seguro que te ha dejado agotado –comentó ella, exagerando su enfado-. Si no me cuentas la verdad sobre qué has ido a hacer, yo…
El móvil del chico sonó, interrumpiéndola. Él no esperó ni un segundo a descolgar, levantándose de un salto del sofá.
-¿Fionna? –Preguntó, sin casi ni pensar que su novia lo miraba, enfuriada-. ¿Eres tú?
-Sí, soy yo –Contestó, sin poder evitar una pequeña sonrisita al comprobar lo preocupado que estaba-. ¿Qué tal?
-¿Qué tal? ¡¿Qué tal?! –Exclamó-. Fi, ¿cómo se te ocurre dejarme plantado así? ¿Tú sabes lo mal que lo he pasado?
-Ya… Lo siento. Era algo que tenía que solucionar sola –Marshall se masajeó las temples-.
-Entonces, ¿estás bien? –Dijo suavemente-.
-Sí. No hace falta que te preocupes más –contestó, con dulzura-.
Ashley lo miraba, irritada. ¿Con quién hablaba? ¿Con su amante? No lo creía, lo tenía demasiado bajo su control… o al menos eso pensaba. Decidió que debía volver a demostrarle a Marshall quién llevaba los pantalones en esa relación.
-La madre que te parió, Fi. De verdad, no vuelvas a darme un susto como éste… -logró decir antes de que su novia le quitara el teléfono de sus manos-.
-Lo siento, pero ahora Marshall se encuentra un poco ocupado. Adiós.
Y colgó. El chico la miró, confuso.
-¿Qué coño haces, Ashley? Estaba hablando.
-Y yo estaba pidiéndote explicaciones antes de cogieras el teléfono. ¿Quién era esa?
Marshall no supo contestar. Tenía que mentir de nuevo si quería que no se enfadara aún más, pero le había pillado demasiado por sorpresa. Al no oír una respuesta, ella supo que tenía que llevarlo contra las cuerdas para saber la verdad.
-No puedo creer que me hagas esto, Mar Mar. ¡A mí! –Lágrimas de cocodrilo empezaron a caer por las mejillas de Ashley-. ¿Es que no he sido yo siempre sincera?  
-¿Qué? N-no te estoy engañando. Sabes que no sería capaz…
El chico sintió que la pelea se les estaba yendo de las manos, así que cuando ella se giró, llorando, para ir a su habitación, Marshall la cogió del brazo e hizo que volviera a estar de caras a él. Antes de que se volviera a ir, besó sus labios con la mayor dulzura con la que pudo y la miró a los ojos.
-Ashley, mírame y dime que de verdad crees que te engaño.
La novia sonrió para sus adentros, lo seguía teniendo totalmente bajo su hechizo. Dejó escapar un pequeño suspiro.
-Entonces, ¿quién es Fionna?
-Es una compañera del instituto –Ashley pidió con la mirada más información-. Nadie de quién te tengas que preocupar. Si quieres la llamo y le digo que estaba con mi novia, ya verás que no se alarma.
La chica no encontró argumento con el que negarlo, así que lo permitió como prueba. El chico recuperó el teléfono y lo puso en altavoz.
-¿Marshall? ¿Quién…? –Empezó a preguntar Fionna, confusa-.
-Lo siento, era mi novia. Es bastante celosa –Explicó Marshall-.
-Oh… -La rubia no supo que contestar a eso-. Pues… no sé, dile hola de mi parte o algo.
-Claro. Oye, ¿seguro que estás bien? Me refiero, ¿te ha hecho daño?
-Solo tengo un par de rascadas, tranquilo –un pequeño silencio invadió la línea-. Oye, si prefieres que hablemos mañana…
-Me parece bien –contestó Marshall, quién no sabía cómo hablar con Fionna y su novia delante-. Hasta mañana.
-Hasta mañana.

Fionna llegó a casa dispersa. Así que Marshall tenía novia… Se quitó el pensamiento de la cabeza, no tenía porque importarle. Eso no iba a cambiar su relación. En cuanto abrió la puerta de la mansión, Cake corrió hacia ella y Fionna la cogió en brazos. Se disculpó por haberla dejado sola en casa y le preguntó si tenía hambre. Ella sentía ganas de explicarle todo lo que había pasado a alguien que le pudiera responder y, teniendo en cuenta que Marshall estaba “ocupado”, y que si se lo decía a Penny la mataría por no habérselo contado antes, llamó a por unas pizzas.

Connor llegó a la puerta de la casa y llamó con una sonrisa confiada. Realmente pensaba que ya la tenía en el bote, ¿si no por qué habría pedido que las pizzas las trajera él? Fionna abrió, ya en pijama, y el repartidor le sonrió seductoramente.
-Buenas noches, preciosa.
-Hola, Connor. ¿Pasas? –dijo, aguantando un pequeña risa al ver que estaba intentando flirtear con ella-.
-Claro, encanto.
El chico no se creía la suerte que tenía. La siguió hasta la cocina, donde dejó las pizzas encima la mesa. Fionna se giró y lo miró a la cara con una sonrisa halagada.
-Supongo que no te importa que te haya llamado, por cómo me miras –Pillado, pensó Connor, y le dedicó una media sonrisa-. ¿Qué pizza te gusta más? –Preguntó, señalando las tres cajas-.
-Te resultará gracioso, pero no soy demasiado de pizzas. Yo la margarita y poco más.
-Entonces ya la he pedido bien –comentó, antes de mirar cual era y tendérsela-.
-¿Me has pedido una pizza? –preguntó él, atónito-.
-He pensado que así te quedarías un rato más –comentó ella, con una pequeña sonrisa-.
-Oye, si querías que me quedara… -dijo mientras se acercaba más a ella y la cogía de la cintura- … solo tenías que decirlo.
-¡Demasiado cerca! –Exclamó Fionna mientras lo apartaba de un empujón-. Oye, tío, me caes bastante bien, no lo estropees. Te he llamado y tal porque necesito explicarle a alguien lo que me ha pasado y Marshall está con su novia.
¿Marshall? Pero no podía ser el que él conocía, pensó Connor, no se junta con ricos. Fionna cogió las otras dos pizzas y fue al sofá. Cake miró desconfiada al repartidor, pero se olvidó enseguida cuando la chica le dio la caja con el manjar. Fionna se dejó caer en el sofá, física y emocionalmente exhausta, y Connor se sentó a su lado, sabiendo que iba a tener que soportar una charla sobre su vida. Si era paciente quizás la recompensa valdría la pena. La rubia empezó a explicarle desde que conoció a Kenneth hasta esa misma tarde a la vez que cenaban. El chico había pensado que se aburriría, pero su vida parecía digna de una película. Acabó el relato, y miró a Connor con ojos cansados.
-Woah, debes de estar agotada –comentó, antes de que se le ocurriera una pequeña idea-, y muy tensa. Deberías relajarte.
-¿Tú crees? –dijo ella, y Connor no supo si hablaba con sarcasmo o no-.
-Sí, y sé que es lo que te vendrá bien –Fionna lo miró interrogativa-.
El repartidor se encaró aún más a ella y le dijo que se sentara de espaldas a él. Ella le hizo caso y Connor empezó a hacerle un suave masaje en la espalda, cosa que hizo que la rubia relajara los hombros y una pequeña sonrisa apareciera en su rostro.
-Gracias… -Comentó-.
-De nada –Le susurró él al oído-.
El chico continuó y, pasados unos diez minutos, empezó a besarle el cuello. Al no recibir respuesta negativa ni positiva, paró y miró su rostro. Se había quedado dormida. Connor decidió tomárselo como un halago y la estiró en el sofá. Parecía tan indefensa… El repartidor no pudo evitar que ideas pervertidas vinieran a su mente, pero entonces no volvería a llamarlo, y prefería intentar ganársela. Además, Cake lo miraba fijamente, y estaba empezando a inquietarlo. Levantó las manos, en señal de rendición, y dio media vuelta para irse por donde había llegado. Mi jefe me matará. Pensó al subir en la moto y acordarse de que eso había sido un encargo.

Fionna se despertó con una sonrisa, pero dos horas tarde. Subió las escaleras de dos en dos hasta su habitación y entró en el armario. A veces odiaba que fuera tan grande, no sabía nunca que ponerse. Al final se puso unos pantalones pitillo azules cielo con una camiseta negra de manga larga, unas botas negras cualquiera y una chaqueta impermeable de un azul un tono más oscuro. Desayunó y preparó la mochila en tiempo record y salió de casa. Con tanta prisa iba que no se dio cuenta de que Cake se había colado en el coche, no quería volver a dejarla sola.

Penny vio por la ventana de clase como un Mercedes negro entraba en el parking del instituto. Le sonaba mucho, y supo de qué cuando Fionna salió de él. Pensaba que ya no vendría a clase. Entrecerró los ojos al ver que se discutía con el interior del coche y no pudo evitar una risa de incredulidad cuando vio que ponía a su gata en la mochila y cerraba el coche.

Fionna acudió al encuentro de Penny cuando sonó el timbre que anunciaba el patio. Penny la abrazó en cuanto la vio.
-Estaba preocupadísima por ti. Más te vale explicarme que ha pasado.
Dijo antes de llevársela a un lugar donde los espías de Lucy no pudieran oírlas.

Mientras las dos chicas hablaban, Cake abrió un poco más de lo que ya estaba la cremallera de la mochila de Fionna. No le gustaba, era muy pequeña para ella. Salió con tanto sigilo que ninguna de las dos se dio cuenta que se había ido. Empezó a caminar un poco para estirar las piernas y, cuando se había alejado bastante, sonó un ruido estridente que hizo que Cake se escondiera bajo un banco vacío.

Fionna supo que la gata se había marchado cuando Penny le preguntó por ésta y vio la mochila abierta. Por desgracia sonó el timbre y, a contra-corazón, se dirigió a su aula. A media clase, sonó un mensaje por megafonía:
A todos los alumnos y alumnas, la directora quiere anunciar una cosa.” La voz de Simone ocupó la habitación. "Hola, alumnos. He encontrado un gato blanco con manchas de color crema, su propietario debe venir de inmediato a mi despacho si quiere volver a verlo. Gracias por vuestra atención.
La chica tragó saliva y miró a Penny, quién suspiró. No valía la pena intentar detenerla. Fionna se levantó de la mesa, mirando al suelo, y salió de la clase sin decir una palabra. Pudo oír las risas de los compañeros cuando cerró la puerta. Volvió a perderse buscando el despacho de la directora, pero al final logró encontrarlo. Llamó a la puerta y entró. Simone la miró, extrañada.
-¿Por qué te han enviado aquí?
-Vengo a recoger a mi gata –contestó Fionna-.
-¿Es tuya? –Preguntó antes de comentar con desagrado-. Yo esperaba que fuera de algún chico mono…
La chica no pudo reprimir una mueca de asco. La directora abrió un cajón y sacó a Cake de ahí. Fionna se abalanzó encima de la mesa para recuperar su gatita, pero la mujer la apartó.
-Supongo que ya sabes que está completamente prohibido traer animales al instituto –empezó con una sonrisa de satisfacción al ver como sufría la rubia por intentar recuperarla-, así que lo suyo sería requisártela.
-¡¿Qué?! ¡No puedes hacer eso! –Exclamó Fionna-.
-¡Soy la directora, claro que puedo! Y como vuelvas a subirme el tono de voz la doy a una perrera –Dijo, intentando conservar la calma para hacerla sufrir más-.
La chica fue a contestar, pero tan solo respiró hondo y se volvió a sentar. Ahí la Reina Hielo tenía poder sobre ella, y no quería arriesgar a Cake.
-Vale, ¿cuál es el castigo? –preguntó.
Simone se sorprendió al ver que se la tomaba en serio por una vez e intentó pensar una venganza lo suficientemente cruel para su diversión. En esas estaba cuando la puerta se abrió de nuevo. Las dos se giraron y las dos murmuraron el nombre del chico cuando vieron quien era. Marshall vio a Fionna y casi no pudo evitar correr a abrazarla para comprobar que estaba bien. Pero solo cerró la puerta del despacho y se sentó delante de Simone.
-¿Qué haces aquí, Marshall? –Preguntó ésta, con un tono de voz mucho más suave del que había usado con Fionna-.
El chico se sacó el móvil del bolsillo y lo puso encima de la mesa.
-Mi novia me ha llamado en medio de clase y si no contesto me mata.
-¿Has contestado la llamada en clase? –Preguntó Fionna, entre sorprendida y divertida-.
-¡No está hablando contigo! –Le gritó Simone a la rubia, que ni se inmutó-. No te metas en conversaciones ajenas, sabes que aún tengo tu preciada gatita en mi poder.
-¿Has traído la gata al instituto? –dijo Marshall con el mismo tono de voz que había utilizado Fionna antes-.
-No es mi culpa que haya entrado en el coche sin que me diera cuenta… -Murmuró la chica-.
Marshall se rio y le revolvió el pelo con cariño.
-Eres un desastre…
-¿La conoces? –Le preguntó la directora al chico-.
-Sí, y te pido que no seas muy dura con ella. Acaba de pasar unos días traumáticos –Que él se lo pidiera hizo que se lo pensara un poco-. Además, ya no sale con Patrick, así que no tendrías que tener nada contra ella.
-Ya, pero…
-Por favor –Suplicó Marshall, mirándola a los ojos-, Simone…
-Está bien, está bien… Ven a recoger la gata cuando acabe el día, y lo mismo tú con el móvil –sentenció, resignada-. Pero eso no os salva de estar en el aula de castigo hasta el final de la jornada.
-Muchas gracias –respondió él, con una sonrisa-.
Fionna estaba anonada. Se levantó torpemente y siguió a Marshall hasta la sala donde iban a pasar las otras horas. Ese día estaba vacía. El chico cerró la puerta tras de sí, y no había pasado ni un segundo que Fionna ya estaba abrazándolo. Marshall se sonrojó, pero le devolvió el abrazo con toda su fuerza.
-Gracias –Dijo la rubia cuando se separaron-. No sé qué hubiese hecho si me hubiese quitado a Cake.
-De nada.
Dijo antes de volver a abrazarla para que no se diera cuenta que sus ojos se estaban humedeciendo.
-No sabes lo que me alegra ver que estás bien. No vuelvas a asustarme como ayer. Nunca.
Fionna hundió su cabeza en el pecho del chico y sonrió.
-Bueno, tortolitos, hora del castigo.
Los dos se separaron casi de un salto al oír la voz del profesor. El tipo se sentó y abrió un periódico.
-Los dos calladitos y copiando.
Fionna miró a Marshall y le preguntó que se tenía que copiar. Él solo se encogió de hombros. Juntaron dos pupitres y se sentaron de lado, mientras hablaban en susurros. Fionna le explicó con más detalle que había pasado la tarde anterior y donde se encontraba Kenneth ahora. En un momento de la conversación, la chica le preguntó de qué conocía a la Reina Hiel… a Simone.
-Es una larga historia… -Dijo él, intentando evitar contarlo-.
-Pues resúmela –contestó ella-.
-Está bien… -Marshall suspiró-. Cuando tenía unos seis años mi padre murió. Y como mi madre siempre estaba ocupada, la contrató para que me cuidara. Pero cuando yo tenía doce sufrió un accidente por culpa de su prometido, que la dejó después, y le ocasionó una mezcla de dos enfermedades: “Amnesia retrógrada y específica”. Es decir, que recuerda todo lo que no tenga que ver con su vida antes del accidente. Entonces cambió de ciudad y vino aquí, volvió a estudiar y ha llegado donde está ahora. Supongo que me trata mejor que los demás porque en el fondo me recuerda... En el fondo.
Fionna se lo miró, triste. Era bastante parecida a la historia del Marshall vampiro, pero sin magia entremedio, pensó. Vio que una lágrima caía por el rostro del chico y se la secó, quedando sus caras a cinco centímetros. Le dio un beso en la mejilla y le abrazó. Él le devolvió el abrazo, aunque se sintió mejor de haberle confesado ese peso a alguien. Cuando se separaron, Fionna le dedicó una sonrisa triste.
-¿Mejor? –Preguntó, cogiéndole la mano-.
-Mejor –Contestó, sonriéndole de vuelta-.

Marshall llegó a casa con el móvil en el bolsillo y bastante más contento que cuando había salido esa mañana. Vio que Ashley cerraba una pantalla de internet para irle a besar. Cuando sus labios se separaron, la sonrisa de su novia había desaparecido.
-Hueles a chica –dijo esta.
El chico suspiró, harto de las paranoias de Ashley.
-Hay chicas en el instituto, ¿sabes?
-Sí, pero hueles igual que cuando vuelves de clases de bajo.
Marshall maldijo el olfato de su novia y el ser tan descuidado. Era imposible que no se le hubiese enganchado el olor de Fionna, con el rato que habían estado abrazados.
-Ya puedes estar contándome la verdad. Y con la verdad me refiero a toda la verdad.
No podía controlar a alguien si este tenía secretos, pensó Ashley. El joven dejó caer la mochila en el suelo y, resignado, le explicó que no hacía clases a un niño pequeño, sino a Fionna. Y que ese día había sido castigado por culpa suya y se había encontrado con ella en el aula de castigo. Por supuesto, no le contó nada sobre los abrazos y las confidencias que se habían contado.
-¿Cómo puedes ponerme los cuernos tan descaradamente y pensar que no me daré cuenta? –Exclamó, antes de dirigirse a su habitación-.
-Ashley, ¿qué haces? –Preguntó, al ver que empezaba a poner su ropa en una maleta-.
-Me largo –Aquí la única que puede engañar al otro soy yo-.
Se estaba arriesgando mucho, pero sabía que sí lo tenía bajo control como creía que lo tenía, no dejaría que se fuera.
-No… ¡No puedes dejarme por algo que no estoy haciendo! –Exclamó él, con la voz quebrada-.
Ella paró de poner las cosas en la maleta, pero se mantuvo de espaldas.
-Ashley… te amo.
Marshall pronunció esas palabras como una súplica, y su novia sonrió, sonrió como lo hace una hiena cuando ve que su presa está indefensa. Se giró, poniéndose una máscara de seriedad, y le dijo su última oferta:

-O dejas las clases de bajo, o te dejo yo.
Hola!!

Perdón por el retraso, pero ya os había avisado. Además, espero que compense el haberlo hecho dos páginas más largo de lo habitual! ^^

Connor... Ligón... Digamos que no ha tenido tanta suerte como el de Aaa.

Sí, Ashley es una **** ** ****, y tendréis que esperar hasta el próximo cap. para saber que pasa... Supongo que soy tan mala con vosotros como ella con Marsh...

Pobre Cake, solo quería no abandonar a su hermana y va y acaba con Ice Queen...

Un poco más de Fiolee para vosotros! (Aunque haya sido poco y también hay bastante de otras parejas...)

Dos dibujos de la Fionna de la Tierra con el sexy vestido! Hechos por :icontokikow: ([link]) y por :iconshiro-chappy: ([link]) Muchísimas gracias!! Ambos son MATEMÁTICOS!!

Cap. Anterior: [link]
Cap. Siguiente: [link]
© 2013 - 2024 blackandwhitesisters
Comments190
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In
¿Que Simone la directora crió a Marshall en la tierra? FUCK! Acabo de empezar un fic y me acabo de dar cuenta que te estoy copiando la temática :iconshitplz: :'c Bueno,que conste que yo he leído esto después U.U